NOTA REVISTA ELLE Aromaterapia: una aliada para mejorar tu calidad de vida

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Está comprobado que la aromaterapia es clave para hacernos sentir bien física y anímicamente. Desde tiempos inmemoriales la purificación del aire y el uso del perfume han sido las formas más rudimentarias de protección contra las enfermedades y epidemias.  

Hoy más que nunca nuestro hogar es el refugio donde pasamos más tiempo que nunca y el lugar que hemos revalorizado como espacio vital. Es donde tenemos que sentirnos bien, seguros, saludables, gratos y cómodos. Y la calve para concebir bienestar es entenderlo como un proceso que debemos armar, articular, generar y programar… es decir, como algo que depende de nuestra voluntad. En ese sentido, hay algunos consejos a tener en cuenta y llevar a cabo.

Está demostrado científicamente que el olfato es el sentido más primitivo y el más desarrollado al momento de nacer, y que la mayoría de nuestras emociones se generan a través de éste. Los perfumes y aromas tienen el poder de ir directamente a nuestra memoria olfativa e instintivamente nos condicionan a sentirnos seguras, tranquilas o en alerta. Por eso, la simple acción de perfumar los ambientes con un aroma que elijamos y que sea de nuestro agrado posibilita que nos sintamos bien sin saber porque. Pero para optimizar el aroma elegido hay que tener en cuenta varios factores:

a- Elegir lugares estratégicos para “anclar” el perfume. Muchas veces ocurre que en algunos sitios la fragancia se desvanece. Hay que evitar corrientes de aire y espacios encajonados porque no sirven, lo mismo que alturas superiores a la nariz (ya que el perfume asciende). Además, en verano y con los espacios abiertos, aprovechar los rincones y los espacios pequeños para que el perfume quede anclado.

b- Usar simultáneamente distintos procedimientos.
1-Perfume en varas de bambú que dispersan las 24 horas el aroma (hay que dar vuelta las varas una vez al día para activar su presencia).
2- Perfume en spray textil, se utiliza para anclar en cortinados, alfombras, tapizados, ropa de cama y también la ropa que usamos para salir (que, además, se desinfecta cuando regresamos a casa  ya que contiene alcohol al 70% más perfume).
3- Lámpara Catalítica que es un purificador de aire con perfume que sirve para eliminar malos aromas, como tabaco, comida, humedad, mascotas.
4- Difusor Ultrasónico; se usa en aromaterapia con aceites esenciales que generan los iones negativos (los bueno), es ideal para cuando se trabaja con pantallas y además humidifica los ambientes calefaccionados o con aire acondicionado. También se puede usar en el espacio al aire libre con citronella para ahuyentar los mosquitos.

La idea es perfumar el ambiente (y a nosotros mismos) uniendo salud y bienestar. Desde sus orígenes, el uso de perfumes ha sido una forma de purificación y de protección de las pestes gracias al alcohol con el cual fueron macerados y que permiten su volatilización, es desde los orígenes de su uso, De hecho, las pestes se asocian a los malos olores, a gérmenes y bacterias (de ahí el origen de la palabra “pestilente” que significa mal olor).
A esto hay que añadirle las acciones terapéuticas de los aceites esenciales, es decir, aquellos aceites de origen natural que se pueden lograr por destilación. Generalmente se utilizan en una difusión de agua pulverizada microscópicamente, como ocurre con los difusores ultrasónicos, a través de una bruma fría.
Lavanda: tranquiliza el sistema nervioso, reduce la ansiedad, induce al sueño, ahuyenta los mosquitos, insectos, polillas y calma alergias e irritaciones.
Bergamota: despierta los sentidos, estimula, levanta el ánimo, produce buen humor y genera felicidad.
Eucalipto y Menta: la combinación de ambos tiene efecto estimulante, desinfectante, ayuda a mejora la respiración y elimina el cansancio.

Asesoramiento: Marta Harff, creadora de Perfumum Bue. www.perfumumbue.com

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